jueves, 16 de octubre de 2008

Prueba ipod Touch

Posted by ShoZu

viernes, 23 de mayo de 2008

Al que le interese...

Desde siempre hemos compartido cosas, pasiones en común o aficiones que por uno u otro motivo han mantenido un fragil nexo de unión. Supongo que no eramos como esos padres e hijos de las películas en los que salen a pescar o juegan al beisbol juntos, nosotros de vez en cuando destripabamos un ordenador o montabamos la red de casa. Siempre estuvimos uno al lado del otro aunque desgraciadamente ultimamente nos era más dificil, no podemos culparnos de ello pues la enfermedad era así.
Supongo que aún no me he dado cuenta de lo que es perderte y sin embargo puedo notar el vacío de tu presencia cuando miro a mi alrededor, en el fondo presiento que el dolor vendrá a buscarme, llamará a mi puerta camuflado de recuerdo y cuando abra acuchillará mis ojos hasta que salgan lágrimas de sangre. Esto es lo más inspirado que puedo escribir, pues aún no me creo que no estes aquí dandome la brasa con los exámenes o animandome a ir cada día a trabajar.
Aún no me creo como te has ido y nos has dejado solos, eres egoista de abandonarnos y nosotros de echarte de menos.
Si en algún lugar queda una esencia de tí, recibe este mensaje y un fuerte abrazo de tu hijo...

A la memoria de mi padre, fallecido el 19 de Mayo de 2009

miércoles, 26 de diciembre de 2007

Crónica 6:

Mi casa es una tumba, y el jardín es el infierno.

(Recomiendo escuchar esta canción mientras se lee esta Crónica nº6; Requiem for a Dream Lo pongo aquí linkado también por si alguien no quiere entrar en youtube y prefiere darle directamente)



Allí estaban los dos, en medio de lo que acabaría convirtiéndose en sangre y fuego. Hizo memoria para recordar como llegó hasta aquel lugar y que pasó antes y después de la explosión. Verner rondaba por el lugar, miraba hacia todos lados y escudriñaba cada esquina.
- Oye, supongo que lo sabes, pero por si acaso te lo recordaré. No tienes mucho tiempo, deberías centrarte en encontrar el camino entre estas gentes.- Mientras decía esto comenzó a aparecer gente, las personas que había en la calle cuando todo ocurrió.-
- ¿Qué tengo que buscar?
- No lo se, supongo que de momento podemos quedarnos como espectadores de excepción del suceso.- Miró hacia la derecha y señaló el centro de la calle.- Desde ahí podremos tener una vista perfecta.
Mientras caminaban hacia el lugar señalado Miguel se dio cuenta de cómo había pequeños matices que no concordaban con lo ocurrido aquel día. En primer lugar no había tanta gente, ni tantos coches, en el cielo brillaba un sol estupendo y sonaba una extraña música de algún lugar. Aquello si lo recordaba, aquel sonido le salvó la vida, mientras intentaba visualizar el momento su otro yo, el del pasado apareció en la escena, todo comenzó a transcurrir como en un meticuloso y estudiado diorama, cada objeto se movía con exactitud y las gentes componían un hermoso vals con aquella embriagadora sintonía. Sabía que la había oído en algún momento, le recordaba a algo y ahí estaba su yo pasado y su yo futuro quietos mirando en dirección al origen. Salía de una ventana justo enfrente suyo, su yo pasado permaneció inmóvil mientras que su yo actual comenzó a caminar, Samuel estaba a apenas 20 metros con un pulsador en la mano mirando al final de la calle, pronunció unas palabras que nadie escuchó y accionó la bomba. El fuego surgió como proveniente del mismísimo infierno y empezó a avanzar ansioso, desesperado y hambriento de oxigeno.
Miguel seguía andando hacia la ventana, todo se había detenido, la explosión había reventado todos los cristales que ahora cubrían cada hueco, los coches se pararon en el aire reventados por los costados, la sangre teñía su visión y los trozos de carne humana desgarrados flotaban como lluvia de una acción atroz. Pero no se detuvo, continuó su camino hasta que por fin consiguió llegar a su destino, inspiró profundamente y se asomó al hueco donde antes un cristal y una cortina hacían una ventana. Una mueca de horror se dibujó en su rostro y sus pupilas se dilataron hasta casi agujerear su retina. Era él, tumbado totalmente muerto, con la sangre esparcida por toda la habitación, con sus entrañas cubriendo la alfombra y su cara blanca y desencajada.
El fuego volvió a moverse, el aire comenzó a calentarlo todo de nuevo y la materia quedó reducida a polvo negro. Se dio la vuelta y contempló a su yo pasado, refugiado detrás del coche salvador, a Samuel corriendo fuera del alcance de su obra y a Verner devolviéndole la mirada con una mueca burlona, que pronto se convirtió en una sonora carcajada. Su piel también comenzó a quemarse y a desprenderse, su carne prendió y el dolor recorrió cada neurona hasta que desapareció junto aquella escena.
Se despertó sobresaltado en un parque infantil, sus ojos tardaron un poco a acostumbrarse a la luz que reflejaba la nieve del suelo y poco a poco las formas tomaron figuras definidas. Lo primero que pudo contemplar era a Samuel a su lado, sentado y con cara de culpable, el parque también lo reconoció, era donde encontró la salida de su experiencia mística y justo más allá una enorme bola de cristal.
- Miguel, te debo una disculpa y una explicación.
- No, yo no… No me mataste aquel día.- Su cara era un autentico poema.- Te he visto, tu estabas allí.
- ¿Qué dices?- Samuel parecía preocupado y confuso.
- Yo ya estaba muerto, yo estaba en aquella casa…- Las imágenes que antes estaban prisioneras en su cabeza comenzaron a fluir libres.- Yo morí por la bomba y por un asesino. Pero yo también morí por el coche, el que me protegió de la bomba, el fuego quemó mi cuerpo y mi sangre esparcida por la habitación…
- Miguel ¿Qué tratas de decirme?
- ¿No lo entiendes? He vuelto allí y he vuelto a morir, y me he visto muerto. Yo ya estaba muerto cuando explotó la bomba…
Se incorporó y mirando la bola de cristal como si fuera normal que estuviera allí añadió: “Estoy muerto”.

martes, 24 de julio de 2007

Crónica 5:

El tiempo es una estela del futuro.

Entreabrió los ojos procurando que la luz no dañara sus doloridos ojos, la claridad era abrumadora y apenas podía distinguir nada a su alrededor. Comenzó a acostumbrarse poco a poco y las formas y los colores lentamente se mostraron más nítidos, el suelo tenía un vistoso color naranja y nada le rodeaba salvo un arbusto y un hombre vestido de blanco completamente. En cuanto miró sus manos lo reconoció al instante, estaba jugando con aquella vieja llave que tan nervioso le ponía. El hombre se puso en pié y se acercó lentamente mientras miraba al hermoso cielo azul que cubría toda la cúpula celeste, ni una sola nube, ni tampoco el sol, parecía pintado de lo puro que era.
Suspiró y mirando al infinito exclamó:

- Te dije que no te olvidaras de lo que habías sufrido, de lo que pasaste aquí; has cometido errores y por eso has vuelto, aún no estás preparado.- Se agachó y quitó el polvo que cubría la chaqueta del joven tumbado en el suelo el cual se incorporaba con dificultad.
- No me sermonees, yo no la he cagado, tu eres el que no me ha contado toda la verdad. Porque no me has dicho nada de mis poderes o de que va todo esto.- Ya estaba totalmente incorporado.- Necesito respuestas, las que ese borracho no me ha dado y del que no creo que vuelva a fiarme.
- Tu acudiste a él, el confió en ti, no al reves. Y creo que te dije algo importante la última vez.
- ¿Qué?
- No soy real, estoy, como decirlo, dentro de tí. Habito en tu interior, yo soy la fuente de tu poder y también la inspiración que te guía en tu destino. Tu camino es largo pero si me escuchas puedo ayudarte.
- No gracias, habeis tenido los dos vuestra oportunidad, tu primero y él despues, ninguno me dijo lo que quería oir, me habeis ocultado la verdad y casi me mata aquel pirómano.
- Me parece que no lo entiendes, eres un Hombre Muerto, no puedes morir tan facilmente.- Respiró profundamente y añadió.- Me parece que voy a tener que recordarte algunas cosas...
- ¿Pero qué dices?
- Eres un poco tonto, siempre eres un poco corto... ¡En fín!- Abrió los brazos y cerró los puños con fuerza, abrió los ojos todo lo que pudo y cogiendo aire gritó.- ¡¡Dueño del Tiempo!!.

El viento comenzó a soplar con fuerza, mientras la arena rojiza del desierto vibraba, todo empezó a desenfocarse, el cielo se tornó negro y los movimientos parecían ralentizarse, una estela surgía de cada objeto, de cada arbusto, de cada montículo, de él y de él. Miguel miraba a su alrededor intentando no perder el equilibrio, intentando entender porque en algunos lugares empezaban a mostrarse coches, trozos de carretera y finalmente un edificio. El desierto se acababa de convertir en una calle.

- ¿Sabes el significado de mi nombre?.- El hombre de blanco miraba a Miguel.
- ¿...?- Se mostró pensativo durante un momento.- Ni siquiera se tu nombre.
- Por eso lo digo, estoy harto de que me llames Musa, me revienta y no suena muy masculino. Me llamo Verner, viene de la cultura germánica y se puede decir que sería algo así como el ejercito que defiende.
- ... Verner.- Frunció el ceño.- ¿Donde estamos?
- ¿No reconoces el lugar donde la bomba casi te mata?

sábado, 21 de julio de 2007

Crónica 4:

Por algo se empieza, con poco se termina (II)

- Y con poco se termina.

Ambos se giraron sorprendidos, la voz procedía de un hombre bastante alto con el pelo largo y canoso, era bastante joven para lo gris que tenía el pelo, pero su cara también reflejaba el paso del tiempo. Tenía los gestos muy marcados y en ese momento la mueca burlona hacía que todas las arrugas de su faz se levantaran y hundieran como una sierra. Su vestimenta era de tonos oscuros y la gabardina que lo envolvía poseía un tono verdoso apagado, estaba a apenas 10 metros pero se podía notar su maldad, el terror que lo envolvía y del que ahora reflejaba la cara del viejo borracho.

- ¿Que te pasa Samuel?- El recién llegado se llevó un cigarro a la boca y sacó un mechero del bolso de su abrigo.- Joder me asombra que sigas vivo, un puto borracho como tu debería estar a unos cuantos metros debajo de esta nieve que te congela los pies.
- ¿Desde cuando usas mechero?- El hombre con el pelo gris sonrió ante la pregunta y volvió a meter el encendedor en el bolso.- ¿A que has venido Tomas?
- Mi hermano me había advertido que ibas a formar a un nuevo manipulador. Y quería venir a ver su potencial... De hecho quería mataros a los dos, pero contigo me iba a costar un poco.- El cigarro se encendió solo ante la mirada de estupor de Miguel.- Parece que el nuevo se asombra con facilidad, tendré que mostrarle alguna cosa más.
- Tu hermano es un idiota y tu eres un cafre impulsivo.- Su cara se relajo hasta perder incluso el color.- Miguel no es un manipulador como tu o como yo, el es un...

No le dió tiempo a terminar la frase, una enorme llamarada surgió del suelo y lo envolvió carbonizandolo al instante. Su negro esqueleto se mantuvo erguido durante un segundo y luego se desplomó formando un montón de cenizas, carne quemada y huesos medio rotos.

- Mierda de viejo, es muy rápido. Pero da igual ha huido y te ha dejado aquí solito conmigo, con lo que me gusta pasar el rato con mis amigos y tu eres uno nuevo.- Aspiró el humo del cigarro y lo soltó por ambos agujeros de su nariz como si de un toro enfurecido se tratase.- ¿Te llamas Miguel no?
- ...
- Joder, oye si voy a hablar yo solo no me sirves como amigo. Responde o lo que has visto no será una ilusión de aquel adicto al paso de los años... ¿Miguel, no?
- Si.

Consiguió relajarse un poco y poder articular palabra, ahora sabía que Samuel no había muerto y que el recién llegado, Tomas, era peligroso. Pero tenía preguntas, dudas. ¿Manipuladores? ¿Qué era él? ¿Cuantos había como el pirómano aquel?

- Por lo que he podido escuchar antes no tienes ningún poder aún, es una lástima no tiene sentido luchar contra alguien que no se puede defender. Supongo que no sería... ético.- Se mostró pensativo un instante y añadió.- Asique si no puedo luchar contigo, tendré que matarte directamente. Si, eso es lo que voy a hacer.- Levantó la mano y estiró los dedos.- ¿Unas últimas palabras?
- Algunas veces puedo ver el mundo en llamas, siento como si junto mis manos la gente se convierte en cenizas. El fuego está a mi merced, soy el dueño del infierno y puedo traerlo aquí cuando quiera, nadie puede detenerme, esas mismas personas que no valoran mi talento que me miran con desprecio, que piensan que mi existir es una mota de polvo en el infinito. Su existencia es un insulto a mi poder, todos los seres de la tierra se vaporizarán en millones de infinitesimales partículas de polvo cósmico para volver a la tierra quemada que los vió nacer mil millones de años atrás. Ahora miro al cielo, a traves de las nubes el sol calienta mi rostro a millones de kilómetros de distancia, es una estrella en el firmamento como lo son mis manos candentes en este planeta de insignificantes seres de carbono y agua. Carbono convertido en carbón y agua en vapor. Mi paso solo dejará desolación y humo...
- ¿Pero que...?- Cerró la mano y el fuego surgió de todos lados en dirección a Miguel.
- ...soy aquel que controla el sol y todas las estrellas, soy el que gobierna en el cielo y por debajo de él.
- Es un Hombre Muerto... Maldito idiota, has utilizado tu vulgar poder de manipulador contra un Hombre Muerto.- Samuel se encontraba detrás de Tomas hablandole al oido.- Jejeje, maldito idiota.

El fuego se deshizo en el aire como si fuera hielo en el desierto. Tomas dio media vuelta y se marchó mientras Miguel caía inconsciente al suelo. Samuel se acercó a él y lo cargó a su hombro mientras veía como la gabardina se perdía al doblar la esquina.

- No está mal, nada mal.

jueves, 14 de junio de 2007

Crónica 3:

Por algo se empieza, con poco se termina.

La nieve cada vez caía con más fuerza, apenas se distinguía de una acera a otra, y casi no había nadie por la calle en ese momento. De vez en cuando algún coche se aventuraba a desvirgar la nieve que cubría todo, las calles parecían de algodón, los arboles quedaban ocultas sus hojas por miles de copos blancos como la luz más infinita, los coches aparcados parecían borrosas figuras hechas por niños... Todo era un continuo blanco, salvo por las dos figuras que en medio de la calle se miraban.

- Tu te debes pensar que he salido a que se me congelen las orejas porque me gusta, ¿no?- Miraba a Miguel con un gesto de impaciencia y la boca ligeramente abierta de la que salía un espeso humo, como si la niebla de todo el planeta naciera de su garganta.- ¡Vamos!

En ese momento se empezó a preguntar como le había costado tan poco hacer que aquel viejo alcohólico le acompañara, no había dudado ni medio segundo. Según lo que le contaron en el hotel no salía de su habitación desde que entró en ella y sin embargo había conseguido él solo arrancarle de aquella lujosa habitación para tenerlo en camisa bajo una ventisca de hielo y frio. No es que él fuera mucho más abrigado, pero cuando en tu agenda la única cita es que te lleven a urgencias de un hospital, cuanta menos ropa lleves más facilitas su labor a los aplicados y eficientes medicos que intentarán que regreses de tu poderoso mundo interior. ¿Poderoso? El viejo le había hablado de gente con poderes extraordinarios cuando pasaban por aquel trance, ¿mentía?, ¿se estaba riendo de él? Decidió preguntarselo.

- Oye.- El viejo estaba distraido mirando su botella cada vez más vacía, era increible como bebía vodka aquel hombre.- ¿Cual es mi poder? ¿Que puedo hacer yo una vez muera?
- Jajaja.- Se rió con ganas.- Joder, lo tuyo es increible, ¿me estas diciendo que no sabes cual es tu poder?
- No
- Entonces, ¿para que coño quieres morir?.- Una mueca burlona esperaba contestación.
- Para averiguarlo.- Se estiró y sacó pecho para demostrar cierto orgullo.
- Vale.- Asintió con la cabeza y se dió otro homenaje con la botella.- Te enseñaré como funciona esto.- Cerró los ojos un momento y puso una cara muy seria.- Da tres pasos hacia tu derecha.

Arqueó las cejas y obedeció justo a tiempo para ver pasar, justo donde había estado él un segundo antes, un coche enorme, de color gris y las lunas tintadas, dando vueltas a muchísima velocidad. El coche iba justo directo hacía el viejo que tenía el gesto serio y tranquilo, a pesar de que 1500 kilos de acero y cristal se iba descomponiendo en cada golpe con el suelo a apenas medio metro suyo. Notaba como esquirlas de metal salían volando en todas direcciones, pequeños pedazos se iban desprendiendo poco a poco, tuercas, tornillos,... Pudo darse cuenta de todos y cada uno de los detalles del coche, estaba nuevo, su carrocería donde no se había golpeado brillaba con fuerza debido a la pintura metalizada, los cristales se habían roto y pudo ver que el interior era de madera y los asientos de cuero, se podían diferenciar los airbag que habían saltado y se habían deshinchado ya. ¿Cuantos metros llevaría el coche dando vueltas?
Cuando hubo examinado el automovil por completo se dió cuenta de una cosa y soltó un gesto de sorpresa.

- ¡Hostia!

El coche se llevó por delante al viejo y se empotró contra la pared del edificio que tenía justo delante suyo. Las piezas salieron en todas direcciones e incluso pudo apreciar sangre en diminutas gotas tiñendo la nieve. Pero el lo había visto, justo antes de que el coche arrasara con el cuerpo del borracho, el coche iba vacío. Nadie conducía el coche y dentro no había restos de que alguien hubiera salido despedido con los impactos. ¿Que había hecho aquel viejo, ahora montón de huesos aplastados y masa informe de carne, sangre y vodka?

- Realmente no tienes que morir para acceder a tu poder.- La voz salía de detras suyo.
- ¿Pero qué...- Se giró y contempló con asombro al viejo mirandolo, ileso y con la botella de vodka intacta.
- Tu cerebro cuando vas a morir segrega multitud de sustancias, pero no es necesario que mueras de verdad para ello. Si te concentras en tu propia muerte y tu mente se lo cree. ¡BINGO! Puedes acceder a tu otro mundo.
- ...
- Mi habilidad es ciertamente extraña, cuando estoy al borde de la muerte o desencadeno el proceso en mi imaginación, creo una simulación en los presentes con el hecho completo.- Tenía una sonrisa de satisfacción como el niño que enseña sus juguetes después de navidad.
- Si imaginas tu muerte, mi cerebro la simula.
- Anda mira si puedes hablar.- Se rio ligeramente haciendo ver que era un chiste y despues añadió.- Normalmente la gente accede a su mundo interior y lo único que ve son momentos de su vida, la memoria toma el control y comienza a reproducir todos los datos, a la vez y sin ningún orden. El cerebro está sobre extimulado por las drogas que el cerebelo ha segregado y hasta arriba de adrenalina como preparación ante el dolor.
- Ver tu vida en un segundo.
- Correcto, aunque realmente conseguimos apreciar muy pocas de todas las imagenes que lanza la memoria. El problema viene cuando la memoria no toma el control, cuando el cerebro no enloquece y grita el.- Puso una voz aguda y estridente.- "Vamos a morir". Cuando consigues controlar eso y se encuentra todas las sustancias, las drogas que el cuerpo le ha mandado como ultima cena, en ese momento puedes utilizar un mayor porcentaje del cerebro, partes que no podemos usar por la cantidad de energía que usarían. Es un proceso que quema todo el alimento del cuerpo, a no ser que tenga las drogas que te decía antes. El problema...
- ¿Cual es el problema?.- Preguntó aunque no entendía practicamente nada de lo que le había explicado.
- Normalmente cuando consigues acceder a esa parte del cerebro, mueres. Menos algunos, como tu o como yo, que estuvimos mirando a la muerte de frente y pudimos despedirnos de ella sin más.- Hizo un gesto como que se acababa de acordar de algo.- A ver, dime que viste en tu trance.

Giró la cabeza para comprobar que efectivamente el coche no estaba y no quedaban restos del fatídico accidente, todo había sido producto de su mente, volvió a mirar al viejo y respondió.

- Un mundo sin gente.
- Joder vaya mierda, ¿no?.- Su mirada se volvió complice.- Bueno por algo se empieza.

domingo, 10 de junio de 2007

Crónica 2:

¿Alguna preferencia?

- Seras perturbado.- Miró la botella, cambió el gesto a una cara de resignación y contestó.- Vamonos loco hijo de puta.
- Si señor.

Agarró la botella, la metió en una bolsa de plastico para disimular y salió disparado hacia la puerta. Durante el trayecto en ascensor desde el piso 12 de aquel lujoso hotel iba pensando en varias cosas que le parecían obvias, primero que la bolsa de plástico no ocultaba la forma claramente diferenciable de la botella de vodka, aquel hombre llevaba una camisa de cuadros horrible, con tonos marrones y amarillos, ligeramente oscurecida en algunas zonas lo que seguramente serían restos orgánicos. Llevaba unos pantalones de pana verdes bastante amplios sujetos por un cinturón marrón de piel, los zapatos eran una incógnita, de echo podría estar descalzo y nadie lo notaría, pues los bajos del pantalón cubrían mucho más alla del suelo, con lo que daba una sensación un tanto extraña.
El ascensor era lentísimo, pues habían conservado un antiguo modelo que funcionaba mucho tiempo atras y a pesar de lo lujoso que era, la maquinaria tampoco había sido modificada con lo que era un autentico suplicio bajar apenas 3 pisos, cuando estaban llegando a la sexta planta el amante del vodka soltó.

- Vete pensando como quieres morir.
- Si señor.

Dicho eso, levantó la bolsa por encima de su boca y se desinfecto la garganta con el contenido. "Joder, que bueno está" dijo mientras sus ojos se llenaban de lagrimas y reprimía un escalofrío.
Morir, joder, no se le había ocurrido como, supondría que sería como la otra vez, una explosión y a volar unos metros, pensó que su vecino de ascensor tendría ya planeadas por lo menos 20 muertes distintas y solo le daría a elegir, como si fuera un concurso donde la azafata medio en pelotas señalara el enorme panel detras del cual se escondía la riqueza y la miseria, el viaje, el coche, el botín y también el infierno. Joder, no se le ocurría nada, por lo menos sabía 1000 formas de dejar de respirar, de cerrar los ojos para siempre, su cerebro las reproducía con hasta el más minimo detalle; mil litros de agua por encima de él y su cara azul, una caida de 50 metros y el 90% de su cerebro formando una mariposa en el suelo, un disparo en el estomago y dos horas despues su piel blanca como la nieve... Nieve como la que ahora caía sobre su pelo, se quedaba durante un buen rato perfecta, con su forma intacta, el copo poco a poco se deshacía y se convertía en agua que resbalaba siguiendo la ley de la gravedad, todo sigue las mismas leyes.
Electromagnetismo, una enorme descarga recorriendo todas y cada una de las conexiones nerviosas de su cuerpo.
Gravedad, una roca destrozando hasta el más pequeño hueso, aplastando órganos, desgarrando piel y músculos, reventando venas y arterias... licuando su cabeza.
Nuclear fuerte, una onda de rayos gamma haciendo vibrar sus átomos, la descomposición total en apenas un minuto.
Nuclear debil, mil trillones de electrones atravesandolo, quemandolo por dentro, diez millones de grados centigrados y después el polvo y la ceniza.

Estaba muy cenizo ultimamente, sería que había perdido la noción de su propia vida, ultimamente caminaba un paso por detrás de si mismo, como si estuviera en un continuo viaje astral, se veía a si mismo como un autómata, un robot sin alma ni corazón. Había perdido la esperanza en la humanidad y eso es un síntoma malo, a no ser que seas un psicópata y quieras entrar en el club de psicópatas por la unidad. Sentía muchas cosas malas y ya no se acordaba de como eran las buenas, el amor, la felicidad, la alegría, el compañerismo, el sexo y el triunfo, las cosas de los buenos tiempos, de los viejos tiempos... "De los tiempos del todo y nada" Esa parte la susurró mientras miraba como caía agua congelada del cielo, como Dios sacudía la alfombra del cielo y el polvo caía a las cucarachas que gobernaban la tierra.

- ¿Decías algo? ¿Te has decidido ya?.- Ni tan siquiera aguardó la negativa, sabía que era incapaz de decidirlo, no estaba preparado para morir, eso se intuía en sus ojos de psicópata recién titulado.- Joder no me hagas reir, eres una mierda, durante un momento me acojonaste allí arriba.- Miró hacia arriba, casi al cielo.- Vi la decisión en tu mirada, esos ojos que ponía yo a tu edad, cuando descubrí aquel mundo.
- ...
- Lo mio no fue un accidente como lo tuyo, aquel día tu no eras el objetivo, ni siquiera se quien eres y no me importa. Pero ya lo has hecho, has visto el otro lado, lo que hay más allá de la muerte... Llamalo como quieras, dicen que es el infierno, el limbo, el purgatorio, el cielo.- Paró de andar y se giró hacia el joven señalando con el indice su pecho.- El sitio donde has estado está ahi dentro, es lo que tienes en tu corazón, está en tus entrañas, dormido.
- Y ahora, ¿que?. ¿Qué se supone que tengo que hacer?
- Eso yo no te lo puedo decir, ni esto tampoco.- Levantó la bolsa y luego echó un trago.- Creeme. Cada uno de nosotros vemos cosas diferentes, cosas que tienen diferentes eféctos, diferentes aplicaciones. He conocido gente de todo tipo, los que ven el futuro, el pasado, los que ven los sentimientos de la gente, los que ven otras dimensiones, los que empatizan con la naturaleza, los que viajan más allá de las estrellas y conocen a nuestros vecinos del cosmos... Depende de lo que tengas en tu corazón, cuales son tus ansias, tus fantasías, tus logros, tus metas. Esto no es una puta ciencia exacta, antes de irte por primera vez es como cuando desvirgas a una zorra, nadie sabe el dolor que te aguarda o el extracto de gozo.
- ¿Tu donde vas?
- Mira, yo antes no era así, bueno.- Miró de reojo a la botella que cada vez sobresalía más de su escondite.- El vodka siempre me ha gustado.- Sonrió entre dientes.- Cuando cojo las maletas y saco el billete del tren del no retorno puedo ver algo terrorífico.- Sus ojos se abrieron.- Puedo ver lo que piensa Dios.

Un escalofrío recorrió su columna, aquel hombre podía equipararse al mismísimo creador, podía ponerse a la altura de la eternidad y del tiempo y el espacio. Daba igual lo que viera el resto, él era el mejor. La emoción puso su corazón a mil y cuando comenzaba a imaginarse tal poder, el borracho le soltó.

- Oye, lo de antes... Era broma.- Hizo caso omiso la estupefacción de su nuevo alumno y añadió.- ¿Alguna preferencia? ¿O te mato como me de la gana?