Crónica 5:
El tiempo es una estela del futuro.
Entreabrió los ojos procurando que la luz no dañara sus doloridos ojos, la claridad era abrumadora y apenas podía distinguir nada a su alrededor. Comenzó a acostumbrarse poco a poco y las formas y los colores lentamente se mostraron más nítidos, el suelo tenía un vistoso color naranja y nada le rodeaba salvo un arbusto y un hombre vestido de blanco completamente. En cuanto miró sus manos lo reconoció al instante, estaba jugando con aquella vieja llave que tan nervioso le ponía. El hombre se puso en pié y se acercó lentamente mientras miraba al hermoso cielo azul que cubría toda la cúpula celeste, ni una sola nube, ni tampoco el sol, parecía pintado de lo puro que era.
Suspiró y mirando al infinito exclamó:
- Te dije que no te olvidaras de lo que habías sufrido, de lo que pasaste aquí; has cometido errores y por eso has vuelto, aún no estás preparado.- Se agachó y quitó el polvo que cubría la chaqueta del joven tumbado en el suelo el cual se incorporaba con dificultad.
- No me sermonees, yo no la he cagado, tu eres el que no me ha contado toda la verdad. Porque no me has dicho nada de mis poderes o de que va todo esto.- Ya estaba totalmente incorporado.- Necesito respuestas, las que ese borracho no me ha dado y del que no creo que vuelva a fiarme.
- Tu acudiste a él, el confió en ti, no al reves. Y creo que te dije algo importante la última vez.
- ¿Qué?
- No soy real, estoy, como decirlo, dentro de tí. Habito en tu interior, yo soy la fuente de tu poder y también la inspiración que te guía en tu destino. Tu camino es largo pero si me escuchas puedo ayudarte.
- No gracias, habeis tenido los dos vuestra oportunidad, tu primero y él despues, ninguno me dijo lo que quería oir, me habeis ocultado la verdad y casi me mata aquel pirómano.
- Me parece que no lo entiendes, eres un Hombre Muerto, no puedes morir tan facilmente.- Respiró profundamente y añadió.- Me parece que voy a tener que recordarte algunas cosas...
- ¿Pero qué dices?
- Eres un poco tonto, siempre eres un poco corto... ¡En fín!- Abrió los brazos y cerró los puños con fuerza, abrió los ojos todo lo que pudo y cogiendo aire gritó.- ¡¡Dueño del Tiempo!!.
El viento comenzó a soplar con fuerza, mientras la arena rojiza del desierto vibraba, todo empezó a desenfocarse, el cielo se tornó negro y los movimientos parecían ralentizarse, una estela surgía de cada objeto, de cada arbusto, de cada montículo, de él y de él. Miguel miraba a su alrededor intentando no perder el equilibrio, intentando entender porque en algunos lugares empezaban a mostrarse coches, trozos de carretera y finalmente un edificio. El desierto se acababa de convertir en una calle.
- ¿Sabes el significado de mi nombre?.- El hombre de blanco miraba a Miguel.
- ¿...?- Se mostró pensativo durante un momento.- Ni siquiera se tu nombre.
- Por eso lo digo, estoy harto de que me llames Musa, me revienta y no suena muy masculino. Me llamo Verner, viene de la cultura germánica y se puede decir que sería algo así como el ejercito que defiende.
- ... Verner.- Frunció el ceño.- ¿Donde estamos?
- ¿No reconoces el lugar donde la bomba casi te mata?
Suspiró y mirando al infinito exclamó:
- Te dije que no te olvidaras de lo que habías sufrido, de lo que pasaste aquí; has cometido errores y por eso has vuelto, aún no estás preparado.- Se agachó y quitó el polvo que cubría la chaqueta del joven tumbado en el suelo el cual se incorporaba con dificultad.
- No me sermonees, yo no la he cagado, tu eres el que no me ha contado toda la verdad. Porque no me has dicho nada de mis poderes o de que va todo esto.- Ya estaba totalmente incorporado.- Necesito respuestas, las que ese borracho no me ha dado y del que no creo que vuelva a fiarme.
- Tu acudiste a él, el confió en ti, no al reves. Y creo que te dije algo importante la última vez.
- ¿Qué?
- No soy real, estoy, como decirlo, dentro de tí. Habito en tu interior, yo soy la fuente de tu poder y también la inspiración que te guía en tu destino. Tu camino es largo pero si me escuchas puedo ayudarte.
- No gracias, habeis tenido los dos vuestra oportunidad, tu primero y él despues, ninguno me dijo lo que quería oir, me habeis ocultado la verdad y casi me mata aquel pirómano.
- Me parece que no lo entiendes, eres un Hombre Muerto, no puedes morir tan facilmente.- Respiró profundamente y añadió.- Me parece que voy a tener que recordarte algunas cosas...
- ¿Pero qué dices?
- Eres un poco tonto, siempre eres un poco corto... ¡En fín!- Abrió los brazos y cerró los puños con fuerza, abrió los ojos todo lo que pudo y cogiendo aire gritó.- ¡¡Dueño del Tiempo!!.
El viento comenzó a soplar con fuerza, mientras la arena rojiza del desierto vibraba, todo empezó a desenfocarse, el cielo se tornó negro y los movimientos parecían ralentizarse, una estela surgía de cada objeto, de cada arbusto, de cada montículo, de él y de él. Miguel miraba a su alrededor intentando no perder el equilibrio, intentando entender porque en algunos lugares empezaban a mostrarse coches, trozos de carretera y finalmente un edificio. El desierto se acababa de convertir en una calle.
- ¿Sabes el significado de mi nombre?.- El hombre de blanco miraba a Miguel.
- ¿...?- Se mostró pensativo durante un momento.- Ni siquiera se tu nombre.
- Por eso lo digo, estoy harto de que me llames Musa, me revienta y no suena muy masculino. Me llamo Verner, viene de la cultura germánica y se puede decir que sería algo así como el ejercito que defiende.
- ... Verner.- Frunció el ceño.- ¿Donde estamos?
- ¿No reconoces el lugar donde la bomba casi te mata?
1 comentario:
Espero poder seguir leyendo esto.
Muy bueno
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