Leccion 3:

La explosión es más fuerte cuando no te la esperas


Existe una tradición en el mundo de la literatura, todos los escritores por buenos que sean acaban traicionando 3 cosas: Sus principios, su corazón y a sus lectores. Yo desde hoy me he apuntado la última, se que os lo prometí, dije que no sería uno de esos escritores aburridos que se inventan extrañas tramas para luego dar marcha atras y empezar a contar todo desde el principio. Uno de esos ilusionistas de las palabras, que crean un mundo imaginario donde sus pensamientos se hagan realidad y todo encaje a la perfección, un lugar en el que el asesino sea un tipo astuto pero demasiado egocéntrico como para salir impune, esas personas que crean la fantasía de ser dioses de su parcela en el fantástico mundo de Oz... los odio, con todas mis fuerzas, son incapaces de imaginar nada, solamente plasman su absurda idea de mundo y situación en una representación de su propio circulo de mierda... Joder, tantos años intentando crear mi propio recinto literario, a imagen y semejanza de autores tan respetados como Tolkien con su famosa triología, Weis & Hickman y su extensa Dragonlance, o mi respetadisimo Sir Arthur Conan Doyle (es increible el sentimiento autodestructivo de Sherlock Holmes) y ahora he tirado a la basura todo eso.
Pero tengo una excusa, necesito saber quien ha acabado con mi protagonista, y si hace falta yo mismo acabaré igual si eso me sirver para averiguarlo (joder, parece el argumento de un telefilme barato de despues de comer).
Tendreis noticias mias...